SER, SOLAMENTE, EL SER, EN EL RENACER
COMPARTIENDO MI EXPERIENCIA
Era de noche, yo estaba en la cama, dormido, soñando como casi siempre. De improvisto, me di cuenta que todo había cambiado, sentía mucho dolor en el pecho. Inmediatamente después ….. entré como en un estado de plenitud total, de amor y felicidad absoluta. Estaba de maravilla. Ya nada era igual, no me veía , pero estaba bien, muy bien. Estaba en una completa serenidad. La paz me invadió por completo, estaba en paz conmigo mismo y con todo lo que me rodeaba, el vacío. No había nada, sólo yo conmigo. Nada importaba, nada temía, no existía pasado ni futuro, estaba completamente inmerso en el presente, en el momento, es ese instante en el que nada importa y que estás conectado a todo. No tenía forma, no tenía tamaño, no había espacio ni tiempo, sólo había paz, amor, y una extraordinaria sensación de que todo estaba bien, todo estaba en su sitio. Acoplado perfectamente en el lugar que le corresponde, sin dolor ni sufrimiento. No me sentía grande ni importante, simplemente estaba en el más grande de los estados de amor y felicidad vividos por mí. Me sentía, como transportado, suavemente, en un intenso viaje, sin destino, en el que nada, absolutamente nada importaba. No hablaba, no pensaba, tan solo vivía el momento, sin dudas, sin temores, con la tranquilidad de saber que todo estaba perfecto. Estaba en el más elevado de los estados de felicidad y conciencia. De repente, sin previo aviso, todo cambió, salí de ese estado y desperté. Seguía en la cama, pero ahora estaba despierto. Estaba en la cama, no entendía nada, pues todo había sido muy real. Pensé, extrañado, ¿todo ha sido un sueño?. Pero enseguida me di cuenta, que tenía mucho dolor en el pecho y que tenía el pecho muy agarrotado. Estaba nervioso y sentía fuertemente los latidos de mi corazón. Estaba muy intranquilo, sin saber qué había pasado y qué hacer. Entonces, comprendí lo que había ocurrido. Mientras dormía, estaba soñando y tuve un ataque de corazón. Mi cuerpo murió y mi ser estaba ya viajando, continuando su camino, hacia otra vida, más allá de la muerte de mi cuerpo. Comprendiendo, aceptando y recordando todo lo que había ocurrido, me sentía aún muy nervioso y sorprendido, por todo lo que había experimentado. Y, muy consciente del riesgo que aún corría, me dispuse a relajarme y entrar en un profundo estado meditativo de amor. Todo fue bien, mi cuerpo se relajó y, desde el estado meditativo en el amor, con el paso de los minutos, todo fue volviendo a la normalidad. El dolor en el pecho fue cediendo y finalmente, la experiencia terminó.
Parece que aún tenía que seguir aquí. Aunque hasta el día de hoy ha habido muchos momentos de profunda conciencia y amor, en ningún momento, antes o después de esta experiencia, he vuelto a sentir, con tanta claridad e intensidad, lo que entonces sentí, cuando era sólo Ser, sin las interferencias de mi cuerpo. Ser solamente Ser, ha sido, hasta la fecha, una experiencia completa y única. Totalmente reconocible y claramente diferente, en profundidad, intensidad y conciencia a todas las demás que he tenido en mi vida. Nunca jamás había experimentado este estado de profunda felicidad. Cuando estuve en este estado, no había esfuerzo ni complejidad. Todo era simple, sencillo y fluía, de forma natural y en armonía, con todo el universo. Aunque estoy intentando explicar mi experiencia, de vida, después de la muerte, pienso que realmente es indescriptible y que cualquier explicación que yo dé, sigue, realmente, estando muy lejos de poder expresar con palabras la gran dicha que sentí en ese momento.
Esta experiencia la he tenido en la Ecoaldea Espiral. Sin duda, como a tantas personas les ha ocurrido al estar en Espiral, era un preludio de las maravillosas experiencias a ocurrir en la Ecoaldea, fruto de los cuarzos, la expansión de la energía, el amor y la magia que habita en esta tierra. Abro mi corazón a que, el compartir de esta experiencia, sirva para que, cada vez más, nos animemos a acompañar nuestra vida, en un camino, en armonía con nuestro ser interior y la energía del universo, que es una energía de amor y sólo amor. VIDEO: en la Ecoaldea Espiral en la Cueva del Renacer. En el exterior una parte plana llena de cuarzos muy pequeños donde sentimos y nos abrazamos después del renacer. En el interior de la cueva, renacemos sobre un espacio circular estirados en un suelo de cuarzos completamente lleno de la energía sanadora que da origen a la nueva vida (cuarzos, ágatas y 7 figuras geométricas sagradas en el espacio).
SIEMPRE QUE ESTAMOS EN EL AMOR, NUESTRA VIDA SE REINICIA
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